LA MALDICIÓN DE MAXPALLAQÜEPACÁN

SECUENCIA 1ª ( y única)

Escena 1ª (Exterior, día)

Música de "El cóndor pasa" interpretada con guitarra eléctrica.

Finales del siglo XV.
Plano general largo.
Una preciosa playa mejicana en un día soleado. Contemplamos, por encima del hombro de un indígena que se encuentra de espaldas a la cámara, el desembarco de unos españoles.
La cámara sigue al indígena (Plano General Corto) que corre al poblado a avisar a los suyos. Como el tipo va dando unos extraños gritos mientras corre (parecidos a los de las mujeres árabes), cuando llega al centro del poblado ya tiene preparada una asamblea a su llegada, presidida por el jefe.
El indígena toma aliento. Todos están expectantes. Al fin dice:
(Habla en su idioma, así que vemos los subtítulos en castellano).
-Ser españoles de nuevo...
El jefe hace un gesto desdeñoso.
-¿Los mismos de la otra vez?
-No, no (con alivio), ser otros españoles.
Todos suspiran aliviados
El jefe da las instrucciones oportunas:
Llevad a todas las mujeres jóvenes al escondite. Las ancianas que se queden aquí y se pongan en top-less y que algunos guerreros se vistan de mujer para disimular el desequilibrio demográfico.
Fundido a negro.


Escena 2ª. (Exterior, día).

Plano General

La comitiva española hace su entrada en el poblado, montados en sus caballos, con su parafernalia de armaduras y tal. El comité de bienvenida indígena está preparado.
En un Plano Medio vemos la conversación de dos españoles montados en sus caballos. Inclinan sus cuerpos para acercar sus cabezas y uno de ellos susurra confidencialmente al otro:
-Mira que son feas las indias estas... todavía no he visto ni una que esté buena, caray las que no parecen ancianas parecen travestis...
El líder de los españoles se sienta frente al jefe del poblado y comienzan el parlamento ayudados por un español al que llaman "el traductor".
El cabecilla español dice, dirigiéndose al traductor y mirando al jefe indígena:
-Transmítale a Su Excelencia nuestro deseo de hacer trueque.
El traductor traduce a la extraña lengua.
Leemos los subtítulos.
-Querer comerciar (Lo dice señalando un cofre lleno de espejitos)
El jefe se levanta y contempla el cofre. Saca algunos espejos y con gesto desdeñoso vuelve a depositarlos en el cofre.
Los españoles muestran la decepción en sus rostros ante la mala perspectiva comercial.
El jefe indígena dice:
-¿No tener agua de fuego?.
Los españoles aguardan inquietos la traducción.
-Dice que quieren licor, no les interesan los espejos.
El baranda español chasquea los dedos y un par de españoles traen y abren una caja llena de botellas de licor.
-Pregúntales qué ofrecen a cambio- dice el líder de los españoles al traductor.
El traductor pronuncia su frase y leemos en los subtítulos:
-Querer oro a cambio de licor.
El indígena, consternado exclama:
-No tener oro aquí, pero tener objetos con dorado y si cerrar trato poder decir donde encontrar oro.
El traductor dice al español:
-Dice que tienen objetos con dorados y si hacemos trueque nos dirán donde encontrar oro.
La ambición satisfecha ilumina el rostro de los españoles.
-Bien, dile que nos enseñen esos objetos con dorado.
Subtítulos:
-A ver, mostrar mercancia.
El jefe indígena da unas palmadas y aparecen dos guerreros portando un saco lleno de objetos idénticos. Parecen perchas de madera con el gancho de bronce.
El español saca algunos de esos objetos del saco y los mira decepcionado.
-¿Para qué coño queremos unas putas perchas de mierda?
El traductor habla y leemos:
-Perchas no tener valor, ser bronce y no oro.
El jefe responde:
-Ya decir que no tener oro aquí, pero esos objetos ser muy valiosos. No ser "perchas", son Sagrados Masajes de Maxpallaquepacán. Tener efectos curativos mágicos al aplicar masaje y conferir al guerrero que lo recibe la inmunidad de las lanzas en el combate.
El jefe se levanta, coge uno de esos objetos y se dirige al líder de los españoles. Se ubica a su espalda y le masajea con la madera del objeto en los hombros, a cuya antomía parece adaptarse perfectamente.
El español pone cara de gustito, pero no muy convencido (y rascánsose la cabeza) toma el objeto en sus brazos y dice:
-¿Y para qué tiene este gancho aquí arriba?. Joder, parece una maldita percha...
El traductor traslada la pregunta al jefe:
-¿Para qué servir gancho?
-No ser gancho- responde el jefe- ser Sagrada Cuerda que unir Cielo de los Dioses con la tierra, este objeto ser regalo del dios Maxpallaquepacán.
El traductor traduce a su bola:
-Dice que simboliza el hilo mágico que asciende al cielo y que estos chismes se los regaló el dios Maxpallaquepacán para el descanso del guerrero y para darles inmunidad en la batalla.
-Está bien, coge esos trastos y dale los espejitos y el licor y que nos digan donde está el oro.
Traducción:
-Ok, hacer trueque, pero luego, a solas en la tienda, me dais unos cigarros de esos de la risa, ser mi comisión, un impuesto secreto español, costumbre sagrada. Que no se entere nadie. Decir ahora donde estar oro.
-El oro estar muy lejos, al Norte, muchos días de camino, tras atravesar tercer río, en la región de "Güalestrí".
Fundido a negro


Escena 3ª (Exterior, día).

Al atardecer en la playa vemos a los españoles embarcando con sus extraños objetos mágicos de masaje y la ilusión en sus rostros. Los indígenas están en la playa despidiendo a sus visitantes. En cubierta en el barco vemos a varios marineros españoles dándose masajes con los nuevos objetos. El capitán ordena poner rumbo al Norte.
En la playa los indígenas están sonrientes.
El jefe comenta aliviado a los suyos:
-Menos mal que les hemos conseguido colocar esas estúpidas perchas que los otros españoles le vendieron al idiota de mi padre. A ver para qué demonios queremos nosotros perchas si vamos medio desnudos...
Todos celebran con risotadas la frase del jefe mientras se van pimplando las botellas de licor.
Uno le pregunta al jefe:
-¿Qué es eso que buscan con tanto interés: el "oro"?.
-Ni idea-responde el jefe- cosas de españoles...
Las chicas jóvenes ya han regresado y se unen a la fiesta en la playa, medio desnudas. Algunas esnifan rayas de coca sobre los espejitos de los españoles.
Vemos en un plano picado algunas escenas de los indígenas en la playa. Juegan al fútbol sobre la arena, vemos a uno como Romario sin camiseta jugando al voley-fútbol, otros llevan las camisetas de las selecciones nacionales de Argentina y Méjico.
En un Plano Americano (y nunca mejor dicho) vemos a un tipo idéntico a Cantinflas, vestido de zapatista, hablando con otro igualito que el Che Guevara, que dice:
-Se la querían pegar de nuevo los gallegos, ¿eh?.

FIN


ÓSCAR MAIF










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